El domingo puse el broche de oro a una semana de locura, en el II Torneo Navideño de Vera.
En una edición en la que el Ayuntamiento de Vera se volcó tanto en la organización como en los premios, casi 100 personas disfrutaron de una mañana de ajedrez en familia.
Con el incesante trabajo de José Juan Rubio Tapia y Fran Oller, árbitro y monitor de la escuela municipal de ajedrez respectivamente, y sin cuyo sacrificio, profesionalidad y esfuerzo nada sería posible, la jornada transcurrió sin incidencias y con una continua sucesión de sonrisas y alegrías por parte de todos los niños y niñas que jugaron el campeonato.
De toda la mañana, me quedo con una imagen: los padres y madres (quienes en esta ocasión además tenían una categoría para ellos solos y muchos se animaron a participar oficialmente) jugaban con sus hijos entre ronda y ronda. Es innegable el poder motivacional del ajedrez y su capacidad para que las diferentes generaciones pasen tiempo útil y divertido juntas….
Además, conseguí quedar en primer lugar, no sin una pizca de suerte siempre necesaria, lo que me hizo mucha ilusión por lo que Vera representa para mí.
Iván Martínez Perán.